Hablamos de AQUITANIA, de Eva García Saénz de Urturi


No voy a ser sutil en mis términos, no me apetece. Vengo a lanzar mi grito de guerra. ¿Por qué? Leí a tres mujeres el fin de semana a jueves, ya casi se me ha vuelto a olvidar lo magníficas que somos las mujeres. 

Aún tengo resaca de Aquitania, también persiste es escozor de la envidia y el dolor de las rodillas de encomendarse a Santa Eva García de Urturi. Santa, esta mujer es Santa gramática. 

Tengo marcadas 17 frases perfectas de esas que lees pensando "¿así se hace?" Y repasas diciendo "¡así se hace! ". 

Mujeres contando historias de mujeres. ¡Me encanta! Me encanta cuando contamos nosotras. Y me encanta, más aún, cuando lo contamos nosotras. 

Y desde luego, si hay algo que nos enseña la historia es que, aunque sea un término nuevo para muchos, la resiliencia es una de las mayores habilidades humanas.

No quiero pecar de exclusión de género pero yo vengo aquí a gritar como mujer y grito mi necesidad, y el hombre hace siglos que no necesita adaptarse al entorno sino que disfruta de un entorno construido a su imagen y semejanza. ¿Sabes que las mujeres tenemos un 17% más de probabilidades de morir en un accidente de coche o que, en un choche frontal, tienen el 73% más de opciones de sufrir heridas de gravedad? Te cuentan por qué aquí, y está contrastado. Bueno, no quiero irme del tema pero tampoco quiero dejarlo sin decir. 

Eva García Sáenz de Urturi

En el siglo XII los puestos de mando y los distintos cargos nobiliarios estaban pensados, proyectados, estructurados y desempeñados por hombres. Como dice Georgia Miller (Brianne Hower), Ginni y Georgia, "Vivimos en un mundo de hombres..., en un mundo que no te toma en serio..., no es una cosa que te rompa el alma, son un millón de cosas pequeñitas... Los hombres crecen viendo a otros hombres en el poder..." y podría seguir. Por cierto, otra serie de la que os hablaré en los próximos días porque acabo de terminar la primera temporada. Y en referencia a estas últimas frases, en contraste con la primera de este párrafo he de apuntar: en el siglo XXI los puestos de mando y los distintos cargos de poder están pensados, proyectados, estructurados y desempañados por hombres y mujeres que ya no solo acompañan, sino que obran sin ser sombra y sin que su ambición se ajusticie como maldad. Me gusta pensar que la diferencia son los pequeños detalles, la idiosincracia apellidada resiliencia. 

Aunque sí debo decir que no vi el PAS (persona de alta sensibilidad), de Lui. Vale, no fue un rey al uso, puede que no esté acostumbrada a la ficción que no es sólo ficción. Creo que era más monje que sensible, le podía más la pérdida del beneficio divino que la muerte de los seres inocentes. Y acabo, como otros individuos acomplejados por su falta de éxito personal, culpando a su esposa y extendiendo a ella su castigo. Aunque bueno, no hay mal que por bien no venga. Ya sabréis el porqué. 
La feminista que hay en mi podría darme diez reglazos en las palmas de las manos porque desde el primer momento pensé que lamaladelapelicula era la reina. No lo puso fácil, la mujer. ¡Qué coraje me da cuando los pisotones llevan alto el talón y los metatarsos aplastados! Cést la vie. 

Frases que destaco:

"Corrió al río, apenas a unos pasos, y regresó intentando retener un universo de agua entre las manos."

"...nadie tenía que saber que yo era yo aquella mañana de viento sobrenatural y prodigios."

"Así pues, rey desnudo y reina vestida, no había ajedrez que representase nuestra jugada."

¿Qué hay de cierto en cada página y qué hay de ficción? Pues cierto es, y mérito tiene, que la autora nos hará indagar en la historia más profunda de Leonor de Aquitania para decidir con qué mito nos quedamos y cuál dejamos ir. Yo, poco amante de la historia en cuanto a mi incapacidad para recordar aquello que no soy capaz de asociar a una emoción, no olvidaré que en el medievo del siglo XII una niña convirtió un intento de violación en una sucesión de pasos que la convirtieron en reina por tres veces y madre de dos reyes. ¿Que si amó? Eva me ha hecho entender que hizo lo que pudo con lo que tenía, ¿no es eso lo que hacemos muchas? Sin medida amó a su pueblo y prendió mecha en su vientre para parir hijos que guiaran el mundo. Logró ser escuchada, aunque hubo quien logró doblegarla. Pero muy poco. 82 años de historia. Historia que tiene que ser contada. No esta mal mirar hacia arriba y ver una buena falda y un escote despreocupado de vez en cuando. 

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Insisto en que no soy aficionada/amante de la novela histórica así que me tomo la libertad de considerar Aquitania una ficción histórica lleva al campo comercial de la nueva feminidad, una lucha silenciosa pero visible que introduce la mujer poco a poco en nuestros hitos. No digo que sea suficiente, digo que ocurre. No olvidemos el Premio Planeta de 2018 de Santiago Posteguillo: Yo, Julia. Otra relato de mujeres extraordinarios, aunque este, según dicen, más fiel a la realidad. O a la crueldad. 

Así que oye, yo que quería leer a la autora y me la encuentro con un Premio Planeta debajo del brazo y una pelí de su primera novela, y pienso... anda, ¡qué casualidad! ¡Qué bonito todo! Pues pruebo y me gusta, y me alegro de que se le reconozca la labor de dos años y pico a una mujer capaz de crear la Trilogía de la Ciudad Blanca, de irrumpir en el masculinizado mercado del suspense policíaco (la próxima es Carmen Mola, juro que la leeré), de probar con la histórica con el ojo puesto en un premio de reconocimiento nacional. Chapó por sus ovarios, porque me encanta mirar hacia el pódium y ver tetas y rimel. ¡Sí! 

PD: no voy a decir que solo voy a leer a mujeres a partir de ahora, pero si voy a gritar a los cuatro vientos las bondades de todas las que lea.

PD2: Si no pongo posdata, reviento. 

¿Has llegado hasta aquí y no te has enterado de qué trata Aquitania? 

Solo me queda decírtelo como lo hacen todos los demás: Sigue el enlace






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