Otra carta para tí
Hola bebé. Hoy te traigo un puñado de secretos. De esos que
cuando los sacas del corazón escuecen durante horas.
Estás siendo un tardón cielo, no olvides que la pereza no es
una gran virtud cuando la fortuna no va en la mochila. Al respecto tengo mis
propios recelos.
Quería contarte que estoy conociendo a alguien que me tiene
en una nube casi contante. Esa persona me enmaraña la cabeza y está presente a
todas horas. Con ideas nuevas, revoluciones que desestabilizan todo lo estable.
Demoledor de cimientos y derivado de la Goma-2. Es
fuerte, se mueve por la pasión y la entrega a los buenos fines, o a sus propios
fines. Es incansable y cuando agacha la
cabeza hay cientos de manos que le
ayudan a volver a erguirse. A diario su rostro está henchido de satisfacción
por los abrazos y los pequeños pasos que va dando y es capaz de estrujar la más
delicada gota del mayor y exquisito manjar. Saborea tanto como sus labios
tocan. Ha aprendido a pedir caricias y prueba tantas pieles como alcanzan sus
dedos. Devuelve los toques al corazón con aplausos que sus manos ocupadas le
permiten dar. Esta persona se encuentra a sí misma cada día afrontando con
justicia sus miedos y convirtiendo las trampas y malos trucos en estrategias
para un mundo mejor. Destapa su rostro gradualmente aunque aún se escolta
detrás de caballeros, ogros, princesas y gatos.
Recién está aprendiendo a recibir elogios y repetirlos en
voz alta sin miedo a las repercusiones. Aún piensa lo peor de cada persona y se
protege del mundo y de sus abusos pero confío en ella y en sus alas. Esas armas
de la imaginación que disuelven la barbarie con la distancia hasta el cielo.
-
¿Es ahí dónde te escondes? Dímelo y voy a buscarte. Te
lo prometo, amor.
Ha vuelto a recogerse el pelo para salir de casa y ha dejarlo
suelto cuando quiere que papá la mire con esos ojos…Dejó el luto del cuerpo
pero solo ahora vuelve a respirar su alma tras una larga rehabilitación de
distracciones, intentos, fracasos, letras, renglones y gomas de borrar. ¿Dónde
te escondes tardón? Cada vez le importa menos que la vean desgarrarse el alma y
ama que se pregunten cuántas de las letras rozan lo real. Es una aficionada al
despiste.
Quiere ser alguien cuando vengas a conocerle. Quiere que
digas “es mi madre” con orgullo y sin vergüenza. Quiere que tus amigos le
recuerden por lo que hizo y en quién me convirtió. Quiere que cuando te falte
te digan “sé como ella”. Quiere ser pretenciosa con sus objetivos y no
avergonzarse por ello, ser pecadora del ego.
Necesita que sus palabras signifiquen para ti lo que hoy
significan para otro. Que seas tú quien diga –me siento mejor cuando leo tus
historias, mamá - . Quiere ser mejor para ti y por ti. Quiere reconocerse en
esa persona que le has obligado a construir de tanto esperarte. Quiere saber sus
límites y derribarlos.
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