Tiempo, te doy una tregua.

Cuando crees que no queda nada más por hacer para enmendar el camino que te ha tocado, pierdes la esperanza.

En ese momento piensas que nada de lo que hagas, de lo que decidas, o de lo que hayas hecho o decidido puede hacer variar el futuro. Entonces, de pronto, una mañana te levantas y piensas que estás equivocada. La vida hay que vivirla con paciencia y dar al tiempo su tregua.

Hoy pienso que las decisiones que tomé ayer, en las que mandó el corazón y no la mente (como todas las grandes decisiones) son las que marcan hoy mi senda. Qué importa lo que puede ser hoy o dentro de un año. Qué importa lo que puede ser o lo que no puede serlo nunca. Sí importa vivir hoy sintiendo la vida de cerca, oliéndola y acariciándola como el último y el primer día de nuestra vida. Lo que tengo hoy lo sentí hace ya tiempo. Ojalá pueda tener algún día lo que hoy he decidido querer.

Felicidades mamás!!!

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