SÍ, QUIERO

Anoche me fui a la cama pensando en el ciclo que cerraba al enviar Tres días desnuda a una editorial.
Hoy se me plantea la opción de cerrar puertas que quiero dejar abiertas. ¿Pero cómo?
No se puede mantener lo que no funciona.
La fe no quita el hambre
pero el hambre si quita momentos de paz.
¿Que crees?
¿Sigo fingiendo?
¿Qué es lo que será, Pau?
¿Cómo saber qué es aquello que ha de llegar? 
¿Cuánto esperar?
Cuando has de alimentarte del trigo dónde has de trazar la línea, 
en proveer o en esperar.
¿Puede ocurrir lo que quiero sin sacrificio?
¿Nos da la vida algo sin esfuerzo?

Y sin embargo... 
Sí, quiero.
Adios, Pau. Seguiré gritando en tu recuerdo. 
Quiero ver en lugar de imaginar
es mucho más bonito escuchar te quiero que imaginarlo.
Sí, quiero.
Ser, y que tener ya no merezca la pena.
Sí, quiero.
Desapegarme de lo que quiero.
Sí, quiero.
Quiero fracasar y que el mundo no se acabe
que la vida lata
que corra
que se me escape 
pero conmigo.
¿Y quien soy sin lo que pierdo?
Si nada tengo
me queda absolutamente todo
Es difícil renunciar
no tiene nada de valiente;
el llanto
en silencio
es la pena que más duele.
Escribir por no escucharte
No dormir para que nada se quede
conmigo
hasta mañana. 

La vida es muy puta, no lo digo yo. No es cosa mía, es cosa suya. Es como una niña que hace zancadillas. Espera en el patio, peinando sus muñecas de trapo. Te mira correr, saltar. Te escuchar grita de alegría y cuando vas a alcanzar la meta deja ir el pie y pierdes los dientes en un poyete. ¿Quieres mi muñeca, la quieres?A que te meto! Y te ahostia.

Y ya está, y te quedas así, comos si nada. 
Con las manos vacías
con desgana,
con pena
que ya ni duele
ni nada. 


 

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