Ya no me habla ni la almohada.


Tengo la insípida sensación de haber perdido el tiempo y la energía. Al carajo la demostrada teoría de que la energía ni desaparece ni se destruye, sino que se transforma. Al carajo los mensajes inspiradores de que todo pasa por algo. Por una vez quería sentir que ese "algo" ocurría.
No ha ocurrido nada trágico, francamente tampoco puede considerarse como doloroso. Lo cierto es que no sé cómo definirlo: falta de acuerdo, conflicto de intereses, pausa poco digestiva, instinto desviado y falta de pasta, por supuesto. El caso es que no llegamos a ese "algo". O bien ese "algo" no llega. Iba a quedarme con el traspaso de un negocio y solo he perdido tiempo y dinero. Además de una posible amistad, por supuesto. 

También pensaba que mis hijos no llegarían nunca a mi vida y ahora tengo tres. Supongo que la paciencia no es lo mío. Y la reparación tampoco. Soy más de inventar que de reutilizar (muñequita que se encoge de hombros en Whatsapp). ¿Y qué hacemos ahora con todas las ideas? ¿Qué hacemos con la energía que no se ha esfumado? Si tu consejo es que deje descansar el tema un par de días... ahórratelo. He intentado consultarlo con la almohada y no he pegado ojo, ¡la pendeja se ha cansado de escucharme y por ende no me da respuestas! 

Si tu consejo es que adelante, que no me rinda y que busque otras opciones... tampoco me lo quedo. No sé si peo o chiflo. No sé lo que quiero, ni siquiera sé lo que sé. La filosofía no es lo mío. Aunque lo de divagar se ve que sí porque últimamente todos los comentarios sobre Eva van a relación a eso; exceso de divagación. Igual es porque la he escrito yo y es fruto, innegable, de mi mentalidad enmarañada. A veces se me olvida eso de "fluir".

Y si has llegado hasta aquí te mereces una sonrisa: esta es mi frase de hoy.


" ¿A qué hora se puede empezar con el vino de verano?
Menos consejos y más cerveza."


¿Quién invita?

PD: Por el placer de publicar

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